Renacer
Estoy de parto, mujer, de parto
y me parto
y me reparto
para darte la GRACIAS
de este tiempo nuevo...
La memoria
me cuenta una historia
en donde dormía
sin descanso
en donde amaba
sin reintegro
en donde caminaba
sin destino
en donde hablaba
en silencio
en donde peleaba
sin ejército
sin soldados
sin banderas
en donde estaba a oscuras
en un cuarto
meciendo mis miserias
en un rincón
sin animarme a crecer...
Inmóvil de momento
como aquel monumento
que no tiene forma ni sentido
me sentí metido
en una bolsa de miedos.
El sol mañanero no entibiaba
la luna llena no iluminaba
las estrellas escaseaban
y el mar no me saciaba.
Ni las gaviotas ni las palomas
levantaban sus vuelos
la música no me traía consuelo
y las palabras, sólo silencio...
Creí que vivía
creí que sentía
creí que reía
y sólo actuaba
en este gran escenario
sin guión y con tanta hipocresía...
Mi mañana era repetida
el cansancio
el café negro
la ducha
las camisas de colores similares
los mismos zapatos
los cuatro sucios platos
dos tenedores
y un cuchillo
el caballo de madera
los pingüinos enamorados
un palo de agua,
dos plantas sin nombre
seis cuadros torcidos
la pava, la jarra
dos mates, tres bombillas
dos vasos
la ventana rota que da al patio
dos grillos
y una ilusión...
Que llegaras
a esa esquina
vestida de hada madrina
y varita en mano
sacaras los escombros
que cargan mis hombros
y tocaras mi presente
liberando mi mente,
devolviéndome las alas
que perdí en mi última caída...
Hugo Medrano
25Ago2001
y me parto
y me reparto
para darte la GRACIAS
de este tiempo nuevo...
La memoria
me cuenta una historia
en donde dormía
sin descanso
en donde amaba
sin reintegro
en donde caminaba
sin destino
en donde hablaba
en silencio
en donde peleaba
sin ejército
sin soldados
sin banderas
en donde estaba a oscuras
en un cuarto
meciendo mis miserias
en un rincón
sin animarme a crecer...
Inmóvil de momento
como aquel monumento
que no tiene forma ni sentido
me sentí metido
en una bolsa de miedos.
El sol mañanero no entibiaba
la luna llena no iluminaba
las estrellas escaseaban
y el mar no me saciaba.
Ni las gaviotas ni las palomas
levantaban sus vuelos
la música no me traía consuelo
y las palabras, sólo silencio...
Creí que vivía
creí que sentía
creí que reía
y sólo actuaba
en este gran escenario
sin guión y con tanta hipocresía...
Mi mañana era repetida
el cansancio
el café negro
la ducha
las camisas de colores similares
los mismos zapatos
los cuatro sucios platos
dos tenedores
y un cuchillo
el caballo de madera
los pingüinos enamorados
un palo de agua,
dos plantas sin nombre
seis cuadros torcidos
la pava, la jarra
dos mates, tres bombillas
dos vasos
la ventana rota que da al patio
dos grillos
y una ilusión...
Que llegaras
a esa esquina
vestida de hada madrina
y varita en mano
sacaras los escombros
que cargan mis hombros
y tocaras mi presente
liberando mi mente,
devolviéndome las alas
que perdí en mi última caída...
Hugo Medrano
25Ago2001
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